trucos blogger

lunes, 30 de diciembre de 2013

Caminos de Hierro en Bahía Blanca

Ferrocarril Pago Chico

Caminos… es una publicación de Héctor F. Guerreiro (versión digital)

                  Año XIV             nov-dic  2013                 Nº 70


fcpagochico@yahoo.com.ar

En este número:
“La crecida olvidada”: La gran inundación del valle del río Colorado a la altura de Pedro Luro.
Evaluación de sus efectos sobre el terraplén ferroviario.
Al vaciarse un lago cordillerano provoca una gran inundación.
Sondajes en el lecho del río Colorado bajo el puente ferroviario en el km. 750,033 del ramal a Patagones.
El puente ferroviario sobre el río Colorado en proximidades de la estación Pedro luro. Su referencia en las inundaciones.
El tanque de agua del BAP junto al río Colorado (en Pedro Luro).
El tanque de agua de la estación Pedro Luro.
Instalaciones de bombeo de agua en la estación Pedro luro, junto al río Colorado.


Equipo Zerolit ablandador de agua plano archivo Guerreiro


“La crecida olvidada”: La gran inundación del valle del río Colorado a la altura de Pedro Luro.
Evaluación de sus efectos sobre el terraplén ferroviario. 
La localidad de Pedro Luro comenzaba a dar sus primeros pasos, escasamente tenía un año, cuando a fines de diciembre de 1914 se produjo una inundación de carácter desastroso en el valle del Río Colorado debido a la rotura del dique natural del Lago Carri-Lauquén que se encuentra en la Alta Cordillera. La crecida del Río Colorado asumió proporciones extraordinarias que superaron todas las conocidas hasta entonces.
La trágica inundación de 1915 del Valle del Río Colorado comenzó el 29 de diciembre de 1914 y su máximo nivel fue alcanzado entre el 6 y 8 de enero de 1915 en las localidades Buena Parada y Río Colorado. Las aguas arrasaron los terraplenes de la vía Neuquén del F. C. Sud en muchos sectores y fue necesario suspender el tráfico ferroviario desde el 4 de Enero hasta el día 26 del mismo mes.
En la medida que este torrente se iba aproximando al mar, su terrible potencial destructivo lentamente comenzaba a menguar y los lugareños no eran tomados tan de sorpresa como los establecidos aguas arriba del Río Colorado.
Si bien es sumamente complejo establecer la magnitud de la riada de 1915 que afectara el Valle del Río Colorado a la altura de la localidad de Pedro Luro, indagando antiguos archivos ferroviarios del F.C. BAP. (Ferrocarril Buenos Aires al Pacifico), se logró acceder a los planos confeccionados oportunamente que detallaban los daños y su extensión causados por este desastre natural sobre el terraplén ferroviario de la vía Patagones.
Mientras que aguas abajo, más precisamente a la altura de la localidad de Pedro Luro, el nivel máximo de esta desastrosa  inundación se registró el día 9 de Enero, ese mismo día el Río Colorado en el punto de intersección  con el antiguo puente ferroviario de madera alcanzaba una altura de de 3,94 m., 33 cm por encima de la creciente máxima calculada y establecida en los planos primitivos de la traza ferroviaria del F.C. BAP.
Antiguos planos del F.C. BAP, de casi un siglo atrás, son un fiel testimonio del luctuoso evento que se detalla en este articulo y nos permite establecer con exactitud el deterioro que sufriera el terraplén ferroviario a la altura de la localidad de Pedro Luro. Tomando como eje el Río Colorado la infraestructura de vía se vio afectada en distintas magnitudes a lo largo de 28,610 km de los cuales 7,136 km se ubicaban al sur del Partido de Villarino, mientras un frente mucho más amplio y destructivo de 21,474 km se dio sobre la margen derecha del río es decir al norte del Partido de Patagones.
Sobre el sector sur del Partido de Villarino se registraron los siguientes daños en lo concerniente a infraestructura de vía:
  • 2 Alas dañadas de una alcantarilla tipo bóveda de 2 m. de luz.                                        
  • A la altura de lo que es hoy la laguna La Salada, 700 m. de terraplén erosionado sobre el lado oeste que requirió un levante y tendido de balasto.
  • 2.000 m de terraplén debilitado que necesitaba un levante general y tendido de balasto. Estos 2.000 m. de terraplén a reparar llegaban a tan sólo 100 m. del  paso a nivel lado norte del cuadro de estación Pedro Luro. Incluso a lo largo de este sector señalado, más concretamente entre la laguna La Salada y la estación, el terraplén fue erosionado a tal punto que fue cortado en un ancho de 30 m. por erosión del agua.
  • 176 m de terraplén ubicado desde el Río Colorado hacia el lado de la estación Pedro Luro, severamente debilitado que requirió un  levante general y tendido de balasto.
Sobre el sector norte del Partido de Patagones se registraron los siguientes daños en lo concerniente a infraestructura de vía:
  • 7.004 m de terraplén, ubicado desde el Río Colorado hacia el lado de la estación Juan A. Pradere, severamente debilitado que requirió un  levante general y tendido de balasto. Dentro del sector antes definido a unos 5.700 m. del Río Colorado, más precisamente a la altura del denominado Zanjón Grande, el curso de agua por entonces era sorteado por las vías del F.C. BAP mediante un puente de 20 m de luz, que a su vez actuaba de paso bajo nivel. El mismo temporalmente debió ser reforzado por una estructura tipo pilastra de madera en donde se utilizaron para su ejecución 350 durmientes. Incluso en el sitio donde se hallaba el puente antes señalado el terraplén ferroviario fue cortado en un ancho de 140 m. (siendo este el punto más bajo entre el Río Colorado y la estación Juan A. Pradere).
  • A unos 3.450 m  al sur del paso a nivel lado sur de la estación Juan A. Pradere, (a 12,544 m. del Río Colorado), en una extensión de unos 1.255 m se registraron el debilitamiento de una alcantarilla tipo bóveda de 2 m de luz y 4 sectores erosionados en el terraplén ferroviario que totalizaron 335 m de daños a lo largo de esta estructura a lo que se le adicionó el corte de 60 m de terraplén en donde quedara la vía colgada en el centro. 
  • A unos 9.935 m. al sur del paso a nivel lado sur de la estación Juan A. Pradere (unos 19.000 m del Río Colorado), en un largo de unos 2.450 m se registraron en tres sectores que totalizaron 430 m., erosión y debilitamiento del terraplén ferroviario, a lo que se adicionó el daño a 2 alas de una alcantarilla tipo bóveda de 2 m. de luz y la socavación de 1 m. de terraplén en un largo de 350 m.
Los daños causados por la inundación de 1915 en la infraestructura de la vía Patagones a lo largo de un frente de 28.611 m, que involucró a las Estaciones de Pedro Luro y Juan A. Pradere, se establecen con la siguiente magnitud:
  • 3 alcantarillas tipo bóveda de 2 m. de luz.                                              
  • 1 puente metálico de 20 m. de luz.
  • 11.055 m de terraplén ferroviario.
A un siglo de la llegada del tren a la zona del Valle Bonaerense del Río Colorado su terraplén ferroviario ha sido testigo de numerosas crecidas de este río, pero sin dudas la mayor prueba a la que se vio expuesto fue la gran inundación de 1915.  

Ing. Agr. (Mg) Viviana  Patricia Conti Dep. Agr. UNS


Al vaciarse un lago cordillerano provoca una gran inundación.
Arturo H. Coleman (Superintendente Divisional de Tráfico y Representante de la Gerencia del FCS en Bahía Blanca) fue protagonista de la creciente en la zona de Río Colorado, a continuación transcribimos un capítulo (cuyo título es el que encabeza esta crónica) escrito por el nombrado en su libro Mi vida de ferroviario inglés en la Argentina y en el que relata, con lujo de detalle, sus vivencias durante dicha inundación:
“Al referirme, en otro capítulo, al Ferrocarril de Bahía Blanca al Neuquén, explico el régimen que domina las crecientes de los ríos cordilleranos, en especial del Limay y del Neuquén, que forman luego el caudaloso Río Negro, y de como la formación del Lago Pellegrini en la Cuenca de Vidal sirvió de regulador de las crecientes evitando en gran parte las periódicas inundaciones del valle.
El otro gran río que cruza la citada línea férrea, el Colorado, no ha sido hasta ahora regulado en su caudal y sus avenidas no han alcanzado la importancia de las correspondientes al Río Negro y solo de tarde en tarde han provocado inundaciones de resultados desastrosos. En una de ellas quizás la de mayor magnitud, me tocó actuar en forma personal en el año 1914, la que paso a describir por las extrañas causas que la motivaron.
El domingo 29 de diciembre, del citado año 1914, recibí un telegrama del señor Gobernador del Neuquén, solicitándome facilidades para pasar su automóvil por el puente del ferrocarril sobre el Río Neuquén, agregando además, que le había llegado el aviso de que el río Colorado bajaba muy crecido. Pocas horas más tarde, llegó otro despacho, esta vez del señor Gobernador de Río Negro, pidiendo la cooperación inmediata del Ferrrocarril Sud para socorrer a la población de la localidad de Río Colorado confirmando que se esperaba una furiosa avalancha pero sin suministrar, tampoco, detalles sobre la veracidad o procedencia del rumor.
A fin de ganar tiempo y prefiriendo, como era mi costumbre, pecar por precavido antes que lamentarme por indolente, dispuse lo necesario para correr un tren de auxilio compuesto por veinte vagones dobles, cubiertos y dos abiertos, en los que se cargaron como medida de precaución, cuatro botes a remos. Salimos de Bahía Blanca el mismo día a las dos de la tarde, con destino a la estación Río Colorado.
Al pasar por Buena Parada, una pequeña villa de unos doscientos pobladores, situada a tres kilómetros de la estación Río Colorado y ubicada cerca del puente metálico que atraviesa el río, hice detener el tren invitándose a la gente a subir a los vagones. La policía se vió precisada en ciertos casos de resistencia, a actuar enérgicamente y sin contemplaciones. Muchos antiguos vecinos conocedores del paraje y del régimen creciente del Colorado ridiculizaban la idea que les parecía fantástica de que el río pudiera desbordarse en el lugar y poner sus vidas y haciendas en peligro. No recordaban que jamás hubiera subido tanto el nivel del rio como para constituir para ellos una amenaza. Sin embargo por la convicción o por la fuerza logramos que subieran a los vagones todos los pobladores, llevando parte de sus efectos personales. Proseguimos la marcha hacia el lugar más alto de la estación Río Colorado donde quedaron los vagones con la gente. Eran aproximadamente las nueve de la noche.
El tren de horario que debía seguir para su destino, Neuquén, había quedado detenido en Río Colorado, desde unas horas antes, porque no se había podido obtener información telegráfica ni telefónica de las estaciones Juan de Garay, Pichi Mahuida y Fortín Uno donde la vía corre paralela al curso del río.
Desde la noche anterior el río crecía muy lentamente sin que se abrigaran sospechas de verdadero peligro, pero como a la diez de la noche del domingo el Jefe de la estación Pichi Mahuida avisó telegráficamente que se encontraba en la oficina con el agua a la cintura y que hacía abandono de la estación. Ya era tiempo que lo hiciera, para ponerse a salvo, después de permanecer en su puesto hasta el último momento como corresponde a un ferrroviario consciente de su responsabilidad.
Prudentemente yo había ordenado al tren de pasajeros que se encontraba detenido en Río Colorado que retrocediera hasta la estación Gaviotas, para mayor seguridad, alejándose así del río sin atender a las airadas protestas de los pasajeros que se oponían a tal determinación.
A las cuatro y media de la mañana siguiente, lunes, proseguimos viaje con tres coches oficiales y un vagón conduciendo dos botes de los cargados en Bahía Blanca, dejando los otros en Río Colorado, los que tuvieron oportunidad de prestar valiosos servicios de salvataje.
Luego de recorrer unos 25 kilómetros divisamos en el horizonte una especie de miraje, que resultó ser, como lo temíamos, agua. Continuando el viaje por un corto trecho llegamos a la orilla misma de la inundación. Entonces dispuse que se retrocediera lentamente cerca de un kilómetro y por último decidí regresar a Río Colorado para esperar los acontecimientos que se avecinaban.
Al retroceder unos tres kilómetros comprobamos que la parte baja de la línea férrrea tras de nosotros se hallaba invadida por la creciente y al intentar reiniciar la retirada, ya completamente rodeados por el agua constatamos que el terraplén se había aflojado y el tren se inclinó hacia un costado. No pudiendo avanzar ni retroceder resolví sin pérdida de tiempo las medidas necesarias para nuestra seguridad.”


Imagen archivo Ferrowhite

Navegando en bote sobre los alambrados.
“Se prepararon los dos botes y cargamos en ellos cuantos elementos nos fue dable acomodar, medida muy oportunamente tomada porque media hora más tarde el agua llegaba a las ventanillas del primer coche, que había quedado en la vía en posición casi normal.
Desatamos las lanchas y empezamos a “navegar” cruzando como a un metro por encima del alambrado de la vía, dirigiéndonos hacia una porción de terreno alto, especie de lomada, distante algo más de dos kilómetros. Nuestro grupo “náufrago” estaba constituído por trece personas incluyendo el maquinista, el foguista, el guarda tren y el guarda freno.
Lo que más llamaba nuestra atención mientras remábamos en los botes, era la enorme cantidad de animales: caballos, vacas, cabras, ovejas, avestruces y demás que luchaban contra la muerte al ser arrastrados por la corriente. También el pequeño mundo viviente estaba representado sobre la superficie bullente por miles de serpientes, tarántulas, arañas monstruosas, ratones, cuises e infinidad de insectos que daban a las aguas un aspecto curioso al saltar y moverse buscando su salvación en algún paraje seco. El agua aparecía fuertemente barrosa y de un subido color chocolate.
Cerca de las nueve nos pareció que el nivel de las aguas se mantenía estacionario y entonces atracamos y desembarcamos en la alta planicie. Utilizando los remos como pilares y las frazadas de las que estábamos bien provistos, como lonas, levantamos una amplia carpa, en la mejor forma que supimos, la que nos sirvió de morada, no diré cómoda, pero si eficiente, durante la semana que permanecimos completamente aislados sin que nos fuera dable, por medio alguno, informar sobre nuestro paradero.




Imagen archivo Ferrowhite


Durante el obligado aislamiento, fueron despachados por el ferrocarril distintas comisiones en nuestra búsqueda, pero no pudieron aproximarse a donde estábamos. Cuando las aguas descendieron, tampoco pudimos obtener ayuda inmediata por el lado este a causa de los 20 o 30 centímetros de barro grueso, colorado, que dejaron las aguas, del lado oeste estábamos cercados por espesos matorrales espinosos del monte natural. A pesar de todo no estábamos intranquilos ni hambrientos porque, después de explorar el campo, descubrimos en una hondonada una majada de ovejas a unos cinco kilómetros de nuestro improvisado campamento y en consecuencia dispusimos de abundante provisión de carne. Es lógico pensar que muy poco nos preocupaba la señal de los animales y el nombre de su dueño en aquellas especiales circunstancias.”
La inundación en el pueblo de Río Colorado.
“Ya de regreso a Río Colorado, luego de nuestro forzado veraneo en medio del monte, supe que de no haber obligado a los habitantes de Buena Parada a refugiarse en los vagones todos hubieran perecido arrastrados por la incontenible correntada. En los siete días que permanecieron en la estación, vivieron encaramados en los techos de los vagones, del galpón de locomotoras y del edificio de la estación. Los vecinos de la población, a su vez, tuvieron que guarecerse en los techos de las casas construídas de ladrillo cocido, puesto que las de adobe y otros materiales endebles se derrumbaban al empuje de las aguas.
Los botes que tan previsoramente había dejado en Río Colorado prestaron importantes servicios trasladando a mucha gente en peligro a lugar seguro. Las aguas alcanzaron hasta la parte superior de la caldera de la locomotora de nuestro tren, el cual durante treinta días no pudo ser movido a causa de los daños sufridos por la vía y el tiempo que debió transcurrir para que quedara seco el terreno.
Para darnos una ligera idea de la altura a que subieron las aguas, basta decir que el carnicero de la estancia del señor Duhau, llegó a nuestro campamento a caballo, nadando éste por sobre los hilos de la línea telegráfica del ferrocarril. El personal de la misma estancia, condujo un carro hasta una loma próxima, con diez personas, mujeres y niños, los que permanecieron sobre el vehículo desde la mañana del lunes, día y noche, sin alimentos casi, hasta la tarde del viernes, sufriendo los rigores del sol de enero, en pleno verano.
El servicio regular de trenes por la vía Neuquén quedó paralizado algo más de un mes, más allá de la estación Río Colorado.
Debido a las precauciones tomadas y a pesar de la terrible avenida, la pérdida de vidas no fue tan alta como se hubiera podido esperar. Sin embargo una pequeña población denominada 25 de mayo, establecida sobre las barrancas del río Colorado, fue barrida totalmente por las aguas ahogándose muchos de sus pobladores.”
La causa del desbordamiento.
“La causa determinante de la imprevista y súbita inundación fue debida a un fenómeno geológico muy pocas veces observado en el curso de los ríos que desembocan en el Atlántico al sur de bahía Blanca.
Próximo al nacimiento del río Colorado, en la Cordillera de los Andes, a unos 480 kilómetros de la vía férrea, corre el río Barranco, tributario del Colorado. El lago Carri Lauquén estaba situado en el propio curso del río Barranco. Esta cuenca que desapareció bruscamente tenía unos treinta y dos kilómetros de largo con un ancho que variaba entre los tres y los doce kilómetros. Se había formado cientos de años atrás a causa de que la salida del encajonado valle, por la cual discurre el río barranco fue bloqueada por una erupción volcánica que obstruyó parcialmente el paso, con enormes rocas, dejando un reducido boquete por donde desaguaba el lago.
Con tan estrecha salida, el lago Carri Lauquén, actuaba como regulador natural del rio Barranco, pues por más agua que penetrara en él la cantidad que salía era siempre la misma debido a la compuerta rocosa.
El lago Carri Lauquén tenía capacidad para almacenar toda el agua que pudiera volcarle su cuenca ya sea por derretimiento de la nieve de los Andes o por las intensas lluvias sin que se desbordara ni colmara, protegido por las altas montañas que lo flanqueaban. El 27 o el 28 de diciembre de 1914 el recipiente andino se encontraba muy lleno y la extraordinaria presión del líquido o quizá algún movimiento sísmico derrumbo el tapón que obstruía el boquete, disgregándolo y arrastrando las rocas volcánizas que cerraban el paso vaciándose rápidamente el lago con los resultados parcialmente referidos.
Pudo constatarse, posteriormente, durante una inspección realizada por el ingeniero del Ferrocarril Sud, señor Blencowe, que el barro depositado en las paredes del lago indicaba que la profundidad del mismo, en su centro, cuando reventó, era de 110 metros y en las orillas de 85.
El volumen de agua que súbitamente volcó el lago sobre el río Barranco y éste a su vez la descargó sobre el Colorado, se consideró no inferior a dos mil ochocientos millones de toneladas o metros cúbicos, cantidad de líquido que explica la inundación inesperada y el por qué los vecinos de Buena Parada no hubieran podido salvarse, de no abandonar, a justo tiempo, sus viviendas.
Con la supresión del lago Carri Lauquén desapareció el principal factor que eliminaba los peligros de inundación del río Colorado por lo que grandes dehielos o intensas lluvias en la Cordillera de Los Andes, en la cuenca propia, pueden ahora provocar crecidas del río Colorado y hasta desbordamientos.”


Sondajes en el lecho del río Colorado realizados bajo el puente ferroviario en Km. 750,033 del ramal a Patagones

El río Colorado fue para el ferrocarril motivo de profundos análisis, debido a los efectos erosivos y destructivos que ejercía sobre el terraplén y los apoyos del puente metálico ferroviario. Uno de esos estudios consistió en la realización por parte del F.C.S. de sondajes comparativos en el centro de la línea del puente ferroviario mostrando las alteraciones que sufriera el lecho del río.


El río Colorado tendía a erosionar con mucha mayor intensidad el apoyo del lado norte del puente (en la margen que da sobre el partido de Villarino) situación que llevara al F.C.S. a ejecutar defensas (ver Boletín Caminos… Nº 60), e incluso a proyectar rectificar una parte del río en proximidades al puente (ver Caminos… Nº65).

Tal como puede evaluarse en el croquis D.K. 1139/26 con fecha 10/06/1935, ejecutado por el F.C.S., sin lugar a dudas, el lecho del río Colorado en el año 1921, antes de construirse el puente ferroviario metálico, tenía menor profundidad que el 22/11/1932, fecha en que se llevara a cabo uno de los tantos sondajes realizados por la empresa ferroviaria antes señalada.

Coincidentemente con lo expresado anteriormente, el sitio del río donde alcanzó mayor profundidad bajo esta estructura ferroviaria se encontraba muy próximo al  sector del apoyo lado norte. Incluso se profundizó 6,20 m. más en relación al sondeo de 1921, alcanzado los 10,67 m. de hondura respecto al nivel 0 establecido en el riel ubicado sobre el puente, más precisamente en proximidades al apoyo antes citado.

Si bien a lo largo del periodo 1928 – 1935, en que se realizaron los diferentes sondajes a la altura del puente ferroviario, ya se habían sucedido varias crecidas del río, numerosas inundaciones quedaban aún por venir en esta zona, antes que las aguas del Río Colorado fueran embalsadas permitiendo a los productores de esta región desarrollar sus actividades sin que los campos sembrados y el ganado corrieran peligro de ser afectadas por este exceso hídrico.

Ing. Agr. (Mg) Viviana  Patricia Conti Dep. Agr. UNS


Sondajes bajo el puente ferroviario en Pedro Luro, plano archivo Guerreiro

El puente ferroviario sobre el río Colorado en proximidades de la estación Pedro Luro.  Su referencia en las inundaciones.

Como se detallara oportunamente en el Boletín Nº 60, la inundación de noviembre de 1930 fue una de las severas a que se viera expuesta la estructura y bases del puente ferroviario metálico construido por el entonces F.C.S. en 1925. De hecho el 27/11/30 las aguas llegaron a encontrarse a tan sólo 19 cm. de la viga inferior principal del puente antes mencionado.
Imagen del río y del puente ferroviario durante una creciente
No obstante lo anteriormente señalado y basado en un antiguo plano ferroviario identificado como DK 1139/70, se ha podido constatar que en la inundación del año 1931 las aguas alcanzaron un nivel de 29 cm. con respecto a la viga inferior del puente, mientras que en la inundación de enero de 1942 ese registro se ubicó a 20 cm por debajo de la inundación de 1931 y 30 cm menos de la histórica inundación de noviembre de 1930.
Imagen del puente ferroviario y su altura relativa con respecto al río en la actualidad. Imag V. Conti

El croquis citado en el párrafo anterior también deja en evidencia como el torrente del río afectaba y erosionaba de manera mucho más acentuada las bases del puente ferroviario ubicadas sobre la margen izquierda del río, del lado del partido de Villarino.
En la actualidad las aguas del río se encuentran embalsadas y reguladas, lo cual ha contribuido significativamente al desarrollo y prosperidad de la producción agropecuaria del sur del Partido de Villarino y norte del de Patagones.

Ing. Agr. (Mg) Viviana  Patricia Conti Dep. Agr. UNS


Imagen del río Colorado y del puente ferroviario durante una creciente. Imag archivo Guerreiro.


El tanque de agua del B.A.P. junto al río Colorado (en Pedro Luro)

Si viajamos en tren desde Bahía Blanca hacia Carmen de Patagones, pocos metros antes de trasponer el puente ferroviario sobre el Río Colorado y hacia el lado derecho de la vía, se puede observar un gran tanque de agua metálico. El mismo formaba parte oportunamente del antiguo sistema que proporcionaba agua a las instalaciones ferroviarias de la estación Pedro Luro.



A la derecha el tanque de agua mencionado, próximo al río Colorado, imagen V. Conti.

Construido por el entonces Ferrocarril B.A.P. su proyecto data del 13 de Abril de 1914. Este tipo de tanque originalmente era apto para almacenar 112.000 litros de agua, pero como resultado de una modificación llevada a cabo en esta estructura en particular, se logró incrementar el volumen en 30.000 litros.

Las medidas del tanque eran 5,49 m. x 7,31 m. x 3,65 m. de alto. Se encontraba montado sobre una torre metálica arriostrada constituida por 6 columnas de hierro fundido de 40,5 cm. de diámetro y 2,5 cm. de espesor. Sobre éstas asentaban 2 perfiles tipo P.N.30 que a su vez recibían 9 perfiles del mismo tipo que cumplían la función de asiento del depósito de agua. Estos últimos fueron reforzados con la colocación de rieles de 25,8 kg/m. adosados de forma invertida en la parte inferior de cada uno de ellos.


Plano con vistas laterales del tanque de agua. Plano archivo Guerreiro

La altura total de tanque era de 16.64 m. medida desde la base de la torre a la parte superior del depósito. Al tanque se accedía por una escalera lateral que poseía un descanso intermedio. El tramo inferior inicial de la misma era portátil para limitar el acceso a lo alto de la estructura solamente al personal ferroviario que debía desarrollar tareas especificas.

Esta estructura, hoy ya fuera de servicio, continúa erguida desde hace casi 100 años. Testigo silencioso, en otra hora de numerosas crecidas del Río Colorado, es un firme testimonio de la presencia del Ferrocarril  B.A.P. en el sur del Partido de Villarino.


Ing. Agr. (Mg) Viviana  Patricia Conti Dep. Agr. UNS - Héctor Francisco Guerreiro

Detalles tanque agua. Plano archivo Guerreiro



El tanque de agua de la estación Pedro Luro

La estación Pedro Luro fue construida por el F.C.B.A.P., siendo habilitada al servicio en Agosto de 1912.


A la derecha tanque de agua “Piggott” instalado por el FCS en la estación Pedro Luro, a la izquierda el viejo tanque “Pacífico” que fue  reemplazado. Plano archivo Guerreiro.

En sus comienzos la misma contaba con un tanque de agua metálico tipo “Pacífico”, de 4,15 m x 4,15 m x 3,00 m de alto, con una capacidad de almacenamiento de 49.000 litros, que descansaba sobre una torre metálica. La altura a la parte superior del mismo con respecto al nivel del riel era de 8 m.



Tanque de agua de la estación Pedro Luro en la actualidad, vista desde las vías, imagen V. Conti

Esta estructura se encontraba ubicada en el extremo sur del andén.
El agua era destinada al consumo humano, a las locomotoras (por entonces vaporeras), y a la hacienda que por esa época era transportada por tren. En tal sentido cabe recordar que en esta estación existía un amplio corral con embarcadero, conectado a un extenso desvío ferroviario que operaba para los fines antes señalados.

A efectos ilustrativos, se puede citar que durante el período Julio 1945/Junio1946 se despacharon desde la estación Pedro Luro 105 equinos, 4.521 bovinos, 58.374 ovinos y 402 porcinos.

Para Noviembre de 1946 el por entonces F.C.S. concluye un importante proyecto, que con posterioridad es llevado a cabo. El mismo se centraba en optimizar el servicio de agua prestado por el ferrocarril a sus instalaciones existentes en Pedro Luro. El proyecto consistía en el reemplazo del tanque de agua existente por otro tipo “Piggott” con capacidad para 195.000 litros, montado también sobre una torre metálica, que alcanzaba un alto total de 10,75 m., distancia comprendida desde la base de la torre hasta el techo que tiene caída a dos aguas.

La nueva estructura sería trasladada desde la estación El Moro, ubicada en la Provincia de Buenos Aires entre las estaciones San Agustín y Tamangueyú.

Una vez instalado el tanque en cuestión comenzó a operar y lo hizo así por varias décadas hasta que a mediados de la década del noventa, los volúmenes de agua requeridos por el ferrocarril en la estación Pedro Luro decrecieron significativamente y su servicio fue  sustituido por la colocación de medidores de agua corriente independientes dentro del cuadro de la estación Pedro Luro.

Hoy día, aunque fuera de uso, este tanque de agua sigue siendo un icono de la estación Pedro Luro, un legado de la presencia del F.C.S. en el extremo sur del Partido de Villarino.  

Ing. Agr. (Mg) Viviana  Patricia Conti Dep. Agr. UNS - Héctor Francisco Guerreiro   

 

Instalaciones de bombeo de agua en la estación Pedro Luro junto al río Colorado.

Para Julio de 1937 el F.C.S. realizaba mejoras en sus instalaciones de bombeo de agua ubicada en la margen izquierda del Río Colorado, muy próxima al puente ferroviario ubicado sobre el curso de agua antes señalado. Se proponía la instalación de un depurador  o suavizador de agua
Plano archivo Guerreiro

tipo “Zerolit” (modelo de fecha 04-09-1936) que era proporcionado por la firma inglesa United Water Softeners TTD Permutit House London W4. El objetivo fundamental de la mejora antes señalada se centraba en optimizar la calidad del líquido elemento entregado a las, por entonces, locomotoras vaporeras y consecuentemente a la red de agua perteneciente al ferrocarril en la estación Pedro Luro.
Las instalaciones de bombeo eran muy completas. Poseían 2 motores con 2 bombas y 2 pozos muy próximos de donde se captaba por vertientes el agua del río. Disponía de 2 habitaciones para el personal que tenía a su cargo el funcionamiento del sistema.

Plano archivo Guerreiro


La estación Pedro Luro además de encontrarse muy próxima al Río Colorado contaba por entonces con un galpón de locomotoras, un triángulo para invertir las máquinas y poseía numerosas instalaciones complementarias, tales como el corral para hacienda desde donde se recibía y despachaba ganado a diversas estaciones de la red y numerosas viviendas para el personal ferroviario en actividad, lo que la convertían en un punto vital para el suministro de agua tratada y de buena calidad. 

Plano archivo Guerreiro

Con posterioridad e incluso durante la primera etapa de Ferrocarriles Argentinos, se continuaron realizando mejoras en estas instalaciones. La desafectación del galpón de locomotoras en la estación Pedro Luro, el paulatino reemplazo de las locomotoras vaporeras por las nuevas tipo diesel eléctricas, la abrupta caída y posterior desaparición del transporte de hacienda por tren, hicieron que estas instalaciones para proveer de agua a la infraestructura ferroviaria de Pedro Luro quedaran sobredimensionadas
Con el transcurrir del tiempo y con el advenimiento de las concesiones ferroviarias y la masiva reducción del tráfico en el ramal Bahía Blanca- Carmen de Patagones, este sistema fue dejado de lado y reemplazado por la red de agua corriente local.
Si se toma como referencia el antiguo tanque de agua junto al Río Colorado construido por el B.A.P., actualmente camuflado por una antigua y frondosa vegetación, se puede ubicar y apreciar parte de lo que fuera en su momento un complejo y moderno equipo de bombeo y tratamiento de agua construido por el ferrocarril.
En la actualidad este pequeño fragmento de la historia ferroviaria de la localidad de Pedro Luro se convierte en un recuerdo nostálgico para algunos lugareños y ferroviarios memoriosos que tuvieron la fortuna de vivir la época de prosperidad y pujanza en que reinaban los trenes por el corredor Bahía Blanca-Carmen de Patagones.

Ing. Agr. (Mg) Viviana  Patricia Conti Dep. Agr. UNS - Héctor Francisco Guerreiro

martes, 10 de septiembre de 2013


Caminos de Hierro en Bahía Blanca

Ferrocarril Pago Chico

Caminos… es una publicación de Héctor F. Guerreiro (versión digital)

 Año XIV       set - oct  2013                Nº 69


fcpagochico@yahoo.com.ar


En este número:

A 100 años de la llegada del FC a Stroeder 1913 – 2013.

El FCBAP en 1910 inicia las obras del FC a Patagones llegando en 1913 a Stroeder.
El FCS adquiere el ramal a Patagones en 1920.
La estación Stroeder.
La actividad ganadera y el ferrocarril en Stroeder.
La importancia del FC a Stroeder para el transporte de cereal.
El transporte de aves y huevos por ferrocarril desde Stroeder. Su incidencia sobre el servicio de encomiendas en general.
El transporte de hacienda por tren desde la estación Stroeder.





Caricatura de Arturo H. Coleman (Superintendente Divisional de Tráfico y representante de la Gerencia del FCS en Bahía Blanca) alegórica a la intervención del nombrado en la construcción  del FC a Patagones




A 100 años de la llegada del ferrocarril a Stroeder
1913 – 2013

El FCBAP en 1.910 inicia las obras del FC a Patagones, llegando en 1.913 a Stroeder.

Esta línea férrea se origina en la concesión que el gobierno de la Provincia otorga al sr. Eduardo E. Shaw en el año 1.906, para unir la ciudad de Bahía Blanca con la de  Patagones.

El F.C. Pacífico  adquiere  los derechos de esa concesión,  el día 19 de febrero de 1.908.
Este ramal  comenzó a construirse en el año 1.910 a partir de la estación Bordeu (Empalme Bordeu).




Empalme Bordeu (km 10,750), en línea de trazos a la derecha el inicio del ferrocarril a Patagones; más tarde este empalme fue reemplazado por el FCS (empalme Aguará en la vía a Neuquén)

Empalme Bordeu (km 10,750), en línea de trazos a la derecha el inicio del ferrocarril a Patagones, más tarde este empalme fue reemplazado por el FCS (empalme Aguará en la vía Neuquén).

La empresa del F.C.B.A.P. no demostró, aparentemente, tener gran entusiasmo por iniciar la construcción de este  ramal y, desde sus orígenes, recibió la crítica de la prensa local, como lo manifiesta la siguiente crónica del diario El Censor, del jueves 27 de abril de 1.910:

 “El 23 del corriente, se venció el plazo para que la empresa del F.C.P., comenzara los trabajos del ramal a Patagones, de los que días antes había construído unos 120 mts. de terraplén en la parte que cruza la línea del F.C.S. (vía Neuquén), trabajos que se llevaron a cabo, al parecer, con el objeto de conformar al inspector nacional a cargo de las obras pues, desde entonces,  ellos se encuentran en la más completa paralización y abandono, en perjuicio de importantes intereses del país y del público a quienes se amenaza con dos nuevos años de plazo para la continuación de aquellos, después de lo cual habrá , seguramente, un nuevo paréntesis”...
En realidad  no poca  razón tenía el escepticismo de  la crónica ya que recién para el 30 de julio de 1.911, la primera estación, Aguará, en el km. 5, quedaba habilitada al servicio público,  a  más de un año del comienzo de las tareas.

Después de la habilitación mencionada, los trenes locales corrían hasta  Aguará, en lugar de hacerlo hasta la estación  Villa Olga.
En esta última se desembarcaba hacienda para el frígorífico Sansinena, en el pueblo de Cuatreros (después Cerri), tarea que comenzó a efectuarse en Aguará, desafectándose entonces Villa Olga para el tráfico ferroviario.

Para septiembre de 1.911, a pedido del F.C.B.A.P., el gobierno Nacional acuerda las siguientes prórrogas, solicitadas por la empresa:

Para llegar al km. 101 (Río Colorado), mayo de 1.912.
Para llegar al km. 160, mayo de 1.913.
Para llegar al km. 200, mayo de 1.914.
Para llegar al km. 252 (Patagones), 31 de diciembre de 1.915.

De acuerdo a los trabajos efectuados y a los plazos requeridos se necesitarían cinco años para construir unos 250 km de vías, con la infraestructura correspondiente, en un terreno llano y con muy pocas obras de arte que efectuar; la más importante sería el puente sobre el Río Colorado. Realmente parece un plazo de obras,  más que generoso, exagerado.
El 21 de agosto de 1.911, la línea llega hasta el km. 33.
El 01 de septiembre de 1.912 se inaugura (en carácter provisorio) el trayecto comprendido entre el km. 33, estación Ombucta, y el 101; como vemos cuatro meses más tarde del plazo acordado.
En los kms. 52, 73, 86 y 101 habían sido construídas estaciones que quedaban habilitadas para pasajeros, equipajes, encomiendas, cargas generales y telégrafos y, además, las estaciones del km. 86 y 101 estaban igualmente habilitadas para el  tráfico de hacienda.
Para el evento inaugural, se realizó un viaje, con una comitiva formada principalmente por gente de Bahía Blanca, Fortín Mercedes y de Patagones.
Una vez llegados a destino pronunciaron discursos al efecto, el sr. Francisco Larreguy, de Bahía Blanca, el sr. Manuel S. Román, en nombre de la Municipalidad de Carmen de Patagones y el padre Pérez, de Fortín Mercedes.
Durante el acontecimiento la empresa  Colonización Stroeder facilitó varios automóviles a la comitiva, lo que les permitió un recorrido por la zona.
Para la fecha quedaban anulados los trenes 405 P y 406 P, que figuraban en el horario de mayo de 1.912, siendo reemplazados por un nuevo horario.Los trenes salían de B.B.N.O., hacia el km. 101, los días martes, jueves y sábados, y regresaban del  km. 101, hacia B.B.N.O.,  los días miércoles,  viernes y domingos.

La estación km. 52 fue llamada Teniente Origone, la del km. 73, Mayor Buratovich, la del km. 86, Hilario Ascasubi, y la del km. 101, Pedro Luro.

El domingo 11 de octubre de 1.913 se inauguraba oficialmente, la segunda sección del ramal a Patagones, que comprendía el tramo entre el km. 101, Pedro Luro, y el km. 177, lugar donde se encontraba la Colonia Emporio Stroeder, cuya estación tomó el mismo nombre, Stroeder.
Ese mismo día también se efectuó el remate de chacras y de terrenos frente a la estación, ya que la Colonización Stroeder había fundado un gran centro urbano en este sitio.
Entre Pedro Luro y  Stroeder, nacieron las estaciones de:
Juan A. Pradere
Igarzábal
Villalonga
Emilio Lamarca.
Los trenes salían de B.B.N.O. a las 12.15 y llegaban al Km. 177 (punta de rieles) a las 06.55 pm. Regresaban del km. mencionado, hacia B.B.N.O., los miércoles, viernes y sábados a las 05.00 pm.
Para la mencionada inauguración viajó especialmente el sr. Hugo Stroeder, desde Buenos Aires, acompañado por su secretario privado, y otras personas, que fueron recibidos calurosamente por personal de la administración en la Colonia Stroeder y por un núcleo de colonos ya establecidos en el lugar.
Según una crónica, del diario Bahía Blanca de 1.913 :
 “El galpón de Garage Stroeder había sido transformado en un gran salón decorado con árboles y plantas de trigo, centeno y avena espigadas, de este modo los recién llegados pudieron darse cuenta de la calidad de cereales que cosecharán en esos parajes.
Después de un pequeño descanso los excursionistas fueron obsequiados por el administrador de la Colonia, dr. Erico Schaeffer, con un banquete, ocupando la mesa unas 50 ó 60 personas entre los recién llegados y colonos. En poco tiempo desarrollóse gran animación y cordialidad.
El sr. Hugo Stroeder en su brindis auguró prosperidad a la Colonia y sus colonos, agradeció a la empresa del F.C.P. y, en primer término, al gerente de la División Bahía Blanca, W.B. Harding Green, a su Jefe e Inspector de Tráfico y a los sres. Ingenieros de construcción, pues todos han prestado su ayuda y empeño para obtener la inauguración de la línea hasta el km. 177, Villa Stroeder”…




Los días miércoles y jueves los excursionistas recorrieron, repartidos en tres “breaks”, toda la colonia y el embarcadero Stroeder.
Con el tren del viernes 17 volvieron la mayoría de los viajeros a Bahía Blanca, regresando algunos, más tarde,  hacia Buenos Aires.
Hugo Stroeder y su secretario regresaron el domingo 19 con el tren de las 05 pm, siguiendo viaje a la Capital por vía Pringles.

Según una crónica, la primera cosecha en la Colonia Emporio Stroeder, de 1.913 – 1.914, produjo un rinde de 28 fanegas (1) de trigo por hectárea, con un peso específico de 82 K. por hectólitro.

El 11 marzo de 1.914 el Poder Ejecutivo concedía dos años de prórroga al F.C.P., para terminar los ramales de Bahía Blanca a Patagones y de Villa Olga al Meridiano V.
En realidad la estación Stroeder sería punta de riel por varios años ya que el F.C.P. interrumpiría los trabajos de la línea en forma permanente.

                                                                                                                                                       Héctor F. Guerreiro

(1)   fanega: medida de capacidad para áridos equivalente a 55,5 lts.


El FCS adquiere el ramal a Patagones en 1920.

En 1.915 el pueblo de Patagones, sus fuerzas vivas, se dirigieron al gobierno de la Nación y de la Provincia exigiendo la terminación del  ferrocarril detenido en el km. 177, estación Stroeder.

El B.A.P., sin embargo, adujo serias razones por la paralización de las obras, adelantando que, posiblemente, tendría que solicitar nuevas prórrogas.
El ingeniero Enrique de  la Madrid, de la Dirección General de Ferrocarriles, se mostró opuesto a conceder más plazos recordándole a la empresa que éste, vencería indefectiblemente el 31 de  diciembre de 1.916.
Las obras siguieron paralizadas, a pesar de haber recibido la empresa una intimación para que, en un plazo de tres meses, reanudara las mismas.
Llegado 1.920, el Gobierno le concede al B.A.P., un plazo de 18 meses para la terminación total de los trabajos.

Relata Arturo H. Coleman, en su libro, Mi vida de ferroviario inglés en la Argentina :
 “Yo había seguido, con todo interés, la marcha de los trabajos del F.C.P. y, estaba al tanto de las dificultadas surgidas... Resultó así, que, cuando en enero de 1.920, el gerente general del F.C.S. me comunicó que deseaba mantener una entrevista conmigo en las oficinas del presidente de la Comisión Local, a la que asistiría el propio presidente Don Fernando Guerrico, yo estaba en posesión de muchos datos concernientes a la línea a Patagones, aunque no sospechaba que pudieran ser de inmediata utilidad y aplicación.
En la reunión, extrictamente confidencial y reservada, se me explicó que el F.C.S., tenía la oportunidad de adquirir del Pacífico, el ramal de Bahía Blanca a Patagones en toda su extensión ya construída y para continuarlo hasta el río Negro de inmediato. Se deseaba conocer con exactitud en que condiciones se encontraban las instalaciones realizadas y sobre todo que perspectivas comerciales existían para
justificar la compra de la concesión, por lo cual se me confiaba la delicada tarea de investigar y presentar un informe con la mayor urgencia”.



Primer tren corrido por el FCS entre BBS y Stroeder, el 03 de enero de 1921.

Arturo H. Coleman organiza un viaje a Patagones y va acompañado por el ingeniero del Sud, Ben Nelson y funcionarios del F.C.B.A.P., elevando el 29 de enero de 1.920 un amplio informe.
Dicho informe, enviado por la Gerencia General en Bs. As. al Directorio en Londres en marzo de 1.920, es aprobado y en el mes de octubre el F.C.S. decide la compra del ramal al F.C.B.A.P.

Héctor F. Guerreiro



La estación Stroeder.

El primitivo edificio de la estación Stroeder, construido por el ferrocarril B.A.P., se limitaba a una austera construcción de chapa y madera.
Cuando el F.C.S. se hace cargo del ramal Bahía Blanca – Patagones y viendo el potencial de la zona de influencia de la estación Stroeder en lo referente al transporte de pasajeros y al tráfico de cargas, fundamentalmente provenientes de la actividad agropecuaria de esta región, comienza a desarrollar un estudio para la construcción de una nueva y cómoda estación ferroviaria en esta localidad.



Primera estación de Stroeder construída por el FCBAP



Estación Stroeder construída por el FCS según plano aprobado por resolución de la Dirección General de Ferrocarriles de fecha 29/04/1929

Es así como el 29 de Abril de 1929 es aprobada por resolución la construcción de la actual estación Stroeder, que pasó a reemplazar al primitivo y modesto edificio construido por el B.A.P.



Estación Stroeder fachada a las vías
La nueva estación edificada por el F.C.S., tal como la conocemos en la actualidad, consta de mampostería, techo de tejas y con planta alta. El alero que brinda protección sobre la plataforma está constituido de una estructura resistente de hierro y el techado es de chapa galvanizada, aunque inicialmente estaba previsto realizarlo con chapas corrugadas del tipo asbesto cemento. Del proyecto y ejecución de este resguardo que data del 11/07/1927, participaron Messrs Livesey Son & Henderson Consulting Engineers, London y Francis Morton & Co. Ltd. Engineers & Contractors, Garston, Liverpool.


Estación Stroeder fachada a la calle 
El edificio antes indicado se vio favorecido por una serie de mejoras ejecutadas en forma simultánea dentro del cuadro de estación. Las mismas redundaron en una superior prestación de servicios. Por ejemplo, el antiguo andén de cordón de piedra fue ampliado, alcanzando los 150 m. de largo. También se mejoraron la infraestructura del servicio de agua que implicó la instalación del molino con su respectivo pozo, además de una bomba de mano y la construcción de un aljibe con una capacidad de 10.000 litros. También se realizó un tendido de 47 m. de cañería de ¾” de diámetro que permitía brindar el servicio a las viviendas de los empleados, ubicadas dentro del cuadro de estación.



Estación Stroeder fachada lateral
Por otra parte con relación a la capacidad de acopio de cereal, en donde ya existía un tinglado de 15 m x 60 m.  La misma se vio ampliamente favorecida como consecuencia de la construcción de un nuevo y amplio galpón para cereales de 16 m x 60 m el cual pasó a denominarse Nº3. El mismo se conectó a la red ferroviaria mediante la prolongación de 200 m de vía con su respectivo cambio y cruzada. 

Héctor F. Guerreiro - Ing. Agr. (Mg) Viviana Patricia Conti  Dep. Agr. UNS


La actividad ganadera y el ferrocarril en Stroeder

Varias décadas atrás, el movimiento de hacienda por tren  era sumamente relevante en esta estación. Su tráfico reflejaba el perfil ganadero del sistema productivo de Stroeder y toda su zona de influencia, evidenciando la particularidad de que la hacienda lanar ocupaba un lugar preponderante y en franca expansión, con relación al ganado vacuno.

Hacienda despachada desde la Estación Stroeder
Periodo y Año
Bovinos (cabezas)
Ovinos (cabezas)
Año 1920
4.383
2.244
Julio 1929/Junio 1930
1.059
15.045
Julio 1934/Junio 1935
84
7.933
Julio 1935/Junio 1936
154
8.460
Julio 1940/Junio 1941
0
7.873
Julio 1945/Junio 1946
30
40.257
Julio 1947/Junio 1948
233
34.568
Total
5.943
116.380
Fuente: Guía Comercial Lumen año 1920 pag Nº 121 – Guía Comercial FF.CC Sud, Oeste y Midland años 1931 – 1936 – 1937 - 1942 - 1947 y 1949

El siguiente cuadro muestra el desplazamiento de hacienda por tren en la estación Stroeder durante el periodo 1958-1983.

Estación Stroeder - periodo 1958/1983
Hacienda despachada (cabezas)
Hacienda recibida (cabezas)
equinos
vacunos
lanares
equinos
vacunos
lanares
264
4332
128076
5
178
3626
Total cabezas despachadas
Total cabezas recibidas
132672
3809
Fuente: Ex Ferrocarril Nacional General Roca

Evidentemente existe un marcado desbalance con relación a la hacienda despachada por tren y la recibida en la estación Stroeder, por lo que se establece que esta zona fue y es netamente de cría, aunque muy supeditada a las condiciones climáticas reinantes que determinan el estado de las pasturas.

El último embarque realizado de hacienda desde la Estación Stroeder data del 31/01/1983, fecha en que se cedieron para la carga 3 vagones jaulas (Nros:  59.272, 57.932 y 58.977) para ser cargados con vacunos, cuyo destino fue San Carlos de Bariloche. Si bien desde Enero de 1983 no se ha desplazado hacienda por ferrocarril desde o hacia la Estación Stroeder las 258.804 cabezas de ganado transportadas por riel, y que se detallan en las 2 tablas anteriores, hablan por si solas de la importancia que oportunamente llegó a alcanzar el tren en el desarrollo de la ganadería de esta zona.

Otro tráfico importante desde la estación Stroeder, y que tenía una relación directa con la hacienda transportada, era el transporte de lana, tal como demuestran las 2 tablas presentadas a continuación.

                                                                       

Periodo y Año
Lana (toneladas)
Año 1920
3.814
Julio 1929/Junio 1930
70
Julio 1934/Junio 1935
143
Julio 1935/Junio 1936
107
Julio 1940/Junio 1941
150
Julio 1945/Junio 1946
285
Julio 1947/Junio 1948
316
Total
4.885


Fuente: Guía Comercial Lumen año 1920 pag Nº 121 – Guía Comercial FF.CC Sud, Oeste y Midland años 1931 – 1936 – 1937 - 1942 - 1947 y 1949



Lana transportada por tren desde Stroeder periodo 1958 a 1973
Nº Vagones
Lana (toneladas)
233
1.489
Fuente: Ex Ferrocarril Nacional General Roca



El último embarque de lana desde la estación Stroeder en vagón completo fue realizado durante el año 1973. Desde entonces ese tipo de tráfico por tren desde esta localidad no se ha desarrollado más. No obstante las 6.374 ton. de lana despachadas oportunamente revelan la importancia alcanzada por este tipo trafico varias décadas atrás.

Si bien no consiguió la misma magnitud que el tráfico de lana, las cargas de cueros despachadas desde la Estación Stroeder alcanzaron también notoria relevancia.



Periodo y Año
Cueros (toneladas)
Año 1920
285
Julio 1929/Junio 1930
38
Julio 1934/Junio 1935
20
Julio 1935/Junio 1936
17
Julio 1940/Junio 1941
16
Julio 1945/Junio 1946
15
Julio 1947/Junio 1948
1
Total de todos periodos
392
Fuente: Guía Comercial Lumen año 1920 pag Nº 121 – Guía Comercial FF.CC Sud, Oeste y Midland años 1931 – 1936 – 1937 - 1942 - 1947 y 1949


[1] Carga promedio de cereal despachado desde Stroeder 44,87 ton. – Largo del vagón tolva cerealero 15,814 m.

Ing. Agr. (Mg) Viviana Patricia Conti  Dep. Agr. UNS

La importancia del FC a Stroeder para el transporte de cereal.
Desde que el ferrocarril llegara y se instalara en Stroeder, hace un siglo atrás, se ha vinculado muy estrechamente con la actividad agrícola de toda su zona de influencia. Esta situación queda perfectamente demostrada si se analizan los registros de cereales despachados por ferrocarril desde esta estación.


Periodo
Trigo (ton)
Avena (ton)
Cebada (ton)
Centeno (ton)
Julio 1921/Junio 1922
4.383
-
-
-
Julio 1929/Junio 1930
13.064
-
-
-
Julio 1934/Junio 1935
21.032
182
163
59
Julio 1935/Junio 1936
7.667
72
23
44
Julio 1940/Junio 1941
11.332
8
34
-
Julio 1945/Junio 1946
10.829
124
60
-
Julio 1947/Junio 1948
30.674
35
195
-
Subtotal
98.981
421
475
103
Total
99.980
Fuente: Guía Comercial Lumen año 1920 pag Nº 121 – Guía Comercial FF.CC Sud, Oeste y Midland años 1931 – 1936 – 1937 -1942 - 1947 y 1949


Periodo
Trigo (ton)
Avena (ton)
Cebada (ton)
Centeno (ton)
Enero 1959/Diciembre 2012
1.222.999
1.150
268
34
Total
1.224.451
Fuente: Ferrocarriles Argentinos – U.E.P.F.P.-



Si se suman los totales de las anteriores tablas, resulta que 1.324.431 ton de cereal fueron despachadas por tren desde la Estación Stroeder. Considerando que en promedio un camión tiene una capacidad de 28 ton. de carga, haber transportado ese volumen de cereal por tren equivaldría a un ahorro de 47.301 viajes de ida y vuelta en camión que hubieran producido un importante congestionamiento vial y un deterioro más prematuro de numerosas rutas, fundamentalmente la Ruta Nacional Nº3 Sur, en el trayecto entre Bahía Blanca y Stroeder.
Para poder establecer en otros términos la dimensión de lo que representa el tonelaje de cereal despachado por tren desde la estación Stroeder, se puede decir que si la cantidad de los vagones utilizados en ese tráfico (29.517 vagones) se pusieran en fila, generarían una formación de más de 467 km de extensión con vagones tipo Tolvas[1].
Las cifras antes señaladas demuestran que el ferrocarril en esta región fue, es y será una herramienta imprescindible para la actividad agrícola.

Ing. Agr. (Mg) Viviana Patricia Conti  Dep. Agr. UNS



El transporte de aves y huevos por ferrocarril desde Stroeder.
Su incidencia sobre el servicio de encomiendas en general

Cuadro 1. Kg  de carga general despachada y recibida por encomienda desde la Estación Stroeder

Año
Kg. despachados
Kg. recibidos
1958
169.000
87.000
1959
106.550
159.000
1960
100.171
163.013
1961
98.246
132.653
1962
103.380
88.620
1963
69.692
68.816
1964
58.696
128.317
1965
58.863
119.941
1966
55.422
120.471
1967
54.218
77.562
1968
45.594
106.644
1969
48.375
110.678
1970
39.455
109.268
1971
43.191
101.936
1972
34.739
106.696
1973
27.060
129.328
1974
12.140
110.735
1975
12.680
63.957
1976
8.636
89.360
Total
1.146.108
2.073.995
Fuente: Ferrocarriles Argentinos

Como se puede apreciar en la tabla anterior el transporte de encomiendas en la Estación Stroeder, tiempo atrás, era realmente significativo En 19 años se desplazaron más de 3.220 toneladas de carga, un equivalente a 2 operativos cerealeros como los que actualmente realiza FerroExpreso Pampeano S.A.

Si analizamos el tonelaje de encomiendas tanto despachado como recibido por ferrocarril en la estación Stroeder a lo largo del período 1958 – 1976, se puede apreciar que ha existido un desbalance de 64,41% a favor de la carga recibida respecto a la despachada. 

Con relación al total de kg despachados por encomiendas, se remitieron 654,317 ton de huevos y aves (tonelaje que incluía la tara tanto de las jaulas para las aves, como los cajones para los huevos) Esto representa un 57,09% de participación para este tipo de cargas, lo cual pone muy en claro la importancia que tuvo el transporte de aves y huevos por encomienda desde la Estación Stroeder.

Ing. Agr. (Mg) Viviana Patricia Conti  Dep. Agr. UNS


El transporte de hacienda por tren desde la Estación Stroeder
La localidad de Stroeder, ubicada en la región semiárida del Partido de Patagones, posee una estación ferroviaria que cuenta dentro de su infraestructura con un corral y un embarcadero para hacienda, conectado a un desvío ferroviario de 315 m de longitud. Estas instalaciones formaban parte de un importante sistema destinado al transporte de hacienda emplazado a lo largo de la red del ex Ferrocarril General Roca.
El ganado embarcado en los vagones jaulas era despachado a distintas estaciones[2] de la red ferrea, alcanzando puntos tan alejados al sur como San Carlos de Bariloche distante a 917 km de Stroeder, o incluso al norte, tal el caso del Mercado de Avellaneda (en el Gran Buenos Aires) ubicado a unos 820 km de la misma. En las estaciones de carga de hacienda, los corrales estaban conectados por una manga con rampa de acceso, de manera que los animales eran introducidos en el vagón, que estaba contra paragolpe, y guiados por los baqueanos al primer vehículo de la formación hasta completar la carga. Después se hacía lo mismo con el segundo vagón y así sucesivamente hasta el último (Guerreiro, H., 2011). Sobre el paragolpes existía un escalón que permitía comunicar los vagones para que pase la hacienda.
En distintos boletines de servicio y circulares internas del ferrocarril se hacía énfasis en el cumplimiento de principios elementales de cuidado para con los animales, como por ejemplo:
-       Antes de cargar vagones con ganado se debía vigilar que los enganches estuvieran apretados hasta que los topes se tocaran, para evitar que entre los puentes de uno y otro vagón quedara un espacio que permitiera a los animales meter las patas. Por otra parte, había que asegurarse que las ruedas estuvieran bien calzadas para que los vehículos no pudieran moverse.
-       Para que el ganado no se lastimara las puertas debían estar aseguradas como también los pisos, los soportes de hierro colgantes y las tranqueras de madera que sostienen el piso alto.
-       Las maniobras con vagones de ganado se debían reducir al mínimo indispensable. Los maquinistas tenían que evitar realizar movimientos bruscos al tiempo de arrancar o parar el convoy.
-       El Jefe y demás personal de la estación debían procurar evitar el maltrato de los animales en el momento de embarque, pues los golpes y excesos de gritos podían producir el embravecimiento del ganado dando lugar a que se lastimaran mutuamente una vez encerrados en el vagón.
-       Los animales nunca debían estar apiñados entre sí, ni contra las paredes del vagón y tenían que disponer cada uno del espacio suficiente para poder ir cómodos.
-       Era necesario, además, revisar los vagones y levantar animales caídos pues un animal caído podía causar la caída de otros y por consiguiente la muerte de muchos.

Por otra parte, en la pared lateral del vagón se observaba una leyenda que decía: “Sea compasivo con los animales”.



Varias décadas atrás el movimiento de hacienda por tren era sumamente relevante en esta estación, donde el ganado ovino ocupaba un lugar preponderante y en franca expansión con relación al ganado vacuno (Tabla 1).

 Tabla 1. Hacienda despachada desde la Estación Stroeder.
Período
Bovinos (cabezas)
Ovinos (cabezas)
Julio 1919/Junio 1920
4.383
2.244
Julio 1929/Junio 1930
1.059
15.045
Julio 1934/Junio 1935
84
7.933
Julio 1940/Junio 1941
-
7.873
Julio 1945/Junio 1946
30
40.257
Julio 1947/Junio 1948
233
34.568
Total
5.789
107.920
Fuentes: Guía Comercial Lumen FF.CC Sud año 1920 – Guía Comercial FF.CC Sud, Oeste y Midland años 1931, 1936, 1942, 1947 y 1949.
Durante el período 01/01/55 al 15/07/55 se despacharon desde la estación en estudio 12.921 cabezas de ganado en 65 vagones tipo jaula[3]. El tráfico de hacienda por ferrocarril en ese entonces era muy importante, no solamente en la estación Stroeder, sino a lo largo de toda la red ferrea, a tal punto que en julio de 1955 el Ministerio de Transportes de la Nación disponía que se otorgue trato preferencial a los trenes especiales de hacienda, instruyendo a las Oficinas de Control de Trenes, Locomotoras, etc. sobre la necesidad de dedicarles la máxima atención, evitándoles cualquier demora. Incluso en las estaciones de carga o descarga el jefe personalmente disponía todas las medidas necesarias para que las operaciones se efectuaran sin ningún inconveniente.

Tabla 2. Desplazamiento de hacienda por tren en la estación Stroeder durante el período 1958/2011.


Hacienda despachada (cabezas)
Hacienda recibida (cabezas)
Años
Equinos
Vacunos
Lanares
Equinos
Vacunos
Lanares
1958
0
437
17801
0
54
0
1959
0
1041
23795
0
0
0
1960
0
458
27610
0
0
0
1961
0
179
9096
0
49
0
1962
32
286
2758
0
0
780
1963
0
315
4103
0
57
499
1964
164
0
2208
0
0
460
1965
21
30
7718
0
0
0
1966
0
20
8170
0
0
0
1967
0
23
3376
0
0
0
1968
0
158
2484
0
0
0
1969
0
295
3281
0
0
0
1970
47
607
8666
0
0
1227
1971
0
62
6228
0
0
0
1972
0
56
410
5
0
0
1973
0
0
0
0
0
0
1974
0
22
0
0
0
0
1975
0
172
242
0
0
0
1976
0
53
130
0
18
660
1977
0
0
0
0
0
0
1978
0
0
0
0
0
0
1979
0
0
0
0
0
0
1980
0
0
0
0
0
0
1981
0
0
0
0
0
0
1982
0
0
0
0
0
0
1983
0
118
0
0
0
0
1984  a 2011
0
0
0
0
0
0
Total
264
4332
128076
5
178
3626
Fuente: Ferrocarriles Argentinos





























Como puede apreciarse en la Tabla 2, la hacienda recibida escasamente alcanzó el 2,87 % del total del ganado despachado en esta estación. Su destino principal era la reproducción de ganado de pedigree o la invernada de hacienda proveniente generalmente del sur, para evitar que los animales desmejoren su estado como consecuencia de las malas condiciones de los campos en donde se encontraban originalmente. El ferrocarril solía acordar rebajas sobre las tarifas vigentes para los despachos de hacienda destinada a invernada.
A los efectos de dimensionar la relevancia de este tipo de tráfico basta con observar la cantidad de vagones utilizados para despachar la hacienda en el período 1958/1983 (Tabla 3).
Tabla 3. Total vagones y hacienda despachada por categoría durante el período 1958-1983.

Categoría
Vagones
Cabezas
yeguarizos
13
264
vacunos
164
4332
lanares
692
128076
Total
869
132672

Fuente: Ferrocarriles Argentinos

La década del ‘60 marcó un rumbo distinto para el transporte de hacienda por tren, fundamentalmente por el desarrollo y expansión del transporte automotor. Comenzaron a circular los camiones tipo jaula que pronto masificaron sus servicios y que ofrecían al cliente, por otra parte, una mayor agilidad, rapidez y dinámica de logística que el transporte ferroviario. Esto no solamente se observó en nuestra región sino también en el orden nacional. En forma simultánea, los productores de la zona de Stroeder se inclinaban cada vez más a la agricultura, actividad que les generaba una mayor rentabilidad, lo que actuó en desmedro de la actividad ganadera.
La declinación del tráfico de hacienda por tren en esta zona comenzó a tener tal magnitud, que en Noviembre de 1962 se trató de revertir esta tendencia instruyendo a los jefes de estación para que a la brevedad hicieran conocer sus apreciaciones sobre la forma de recuperar en lo posible este tipo de tráfico, indicando los diversos factores que habían incidido para que se operara esta disminución y las posibilidades que existían para volver a absorberlo.
Por otra parte, a finales de la década del ‘60 se comienza a evidenciar en esta región, una sustitución del ganado lanar por el vacuno como consecuencia de la crisis lanera ocasionada por la implantación de productos sintéticos en el mercado, la acción de depredadores como zorros y pumas, los mejores precios alcanzados por la carne vacuna y los mayores cuidados y costos que requería el ganado lanar.
El último embarque de hacienda realizado desde la Estación Stroeder data del 31 de Enero de 1983, fecha en que se cedieron para la carga 3 vagones jaulas (Nros: 59.272 – 57.932 – 58.977) para ser cargados con vacunos, con destino a San Carlos de Bariloche.
El proceso de privatización de los ferrocarriles del Estado en la década del ‘90 fue otro de los factores que determinaron la desaparición de este tráfico ferroviario, no solamente en el orden nacional, sino también a nivel regional. Numerosos vagones tipo jaula fueron reconvertidos y adaptados como chatas portacontenedores, cumpliendo una función completamente distinta para la que fueron diseñados inicialmente.
Por todo lo visto y analizado en el presente trabajo, se puede concluir que el tráfico ferroviario de hacienda ha reflejado oportunamente el comportamiento y evolución del sistema productivo ganadero de Stroeder y su zona de influencia. Por otra parte, si bien en su momento el transporte ferroviario de hacienda ofreció un importante apoyo logístico para la actividad ganadera de la región, actualmente resultaría sumamente difícil y complejo reinstalar este tipo de transporte.


Conti, Viviana Patricia y Adúriz, Miguel Angel
Departamento de Agronomía – Universidad Nacional del Sur






[2] Tal es el caso de las estaciones: San Carlos de Bariloche, Ing. Jacobacci, Valcheta, América, Pigüé, Corti, Aguara, Bordeu, Puerto de Ing. White, Nueva Roma, Rondeau, Tres Picos, García del Río, Saavedra, Tornquist, González Moreno, Trebolares, Coronel Pringles, Tres Arroyos, El Divisorio, Krabbe, Patagones, San Antonio Oeste, Cañuelas, Salliqueló, General San Martín, Algarrobo, Pedro Luro, Realicó, San Román, Mayor Buratovich, Bernasconi, Bajo Hondo, Teniente Origone, Darregueira entre otras
[3] Fuente: Ex Ferrocarril Nacional General Roca: Circular 3) B.S.66 (3) con fecha 28 de Julio de 1955.